Mientras que los ácidos grasos saturados no contienen dobles enlaces en la cadena de hidrocarburos, la molécula está saturada con átomos de hidrógeno y por último los ácidos grasos polinsaturados tienen más de un doble enlace en su cadena, y entre ellos forman dos grandes familias: la comúnmente llamada n-6 que proviene del ácido linoleico u omega 6 y la comúnmente llamada n-3 que proviene del ácido α-linolénico u omega 3. El ácido linoleico y el α-linolénico son indispensables en la dieta ya que el humano no los produce o sintetiza.
El ácido linoleico y sus derivados se encuentran en aceites de maíz, girasol, ajonjolí, cártamo, canola o soya.
El ácido α-linolénico y sus derivados se encuentran en algunos pescados grasos como el salmón, arenque, bacalao y atún y en las anchoas y sardinas y en algunas semillas como la chía, la linaza y la de la uva.