LOS CRISTALES BLANCOS
“Los cristales blancos equivocados: no es la sal sino el azúcar un factor etiológico en hipertensión y enfermedad cardiometabólica”
Nos interesa compartir este artículo* contigo dado su importancia y novedad del tema. Trataremos de analizarlo y elaborar una pequeña reseña y exponerlo en forma de viñetas para facilitar su lectura.
INTRODUCCIÓN
Laenfermedad cardiovascular(ECV)es la causa número uno de mortalidad prematura en países en desarrollo y la hipertensiónes su factorde riesgomás importante. Es por esto que, el control de la hipertensión es un foco principal de las iniciativas de salud pública y los enfoques dietéticospara abordar la hipertensiónse han centrado históricamente en el sodio. Sin embargo, los beneficios potenciales de la reducción de sodio son discutibles.
La reducción de la ingesta de sodio puede disminuir las mediciones de la presión arterial: 4.8mm Hg sistólica y 2.5mm Hg diastólica, en pacientes con hipertensión, pero estas reducciones no son suficientes para concluir si realmente habría un beneficio neto para la salud.
Existe evidencia que sugiere que reducirla ingestade sodiopodría conducir a peores resultados de salud, como un aumentode la mortalidad cardiovasculary diabetes; y un aumento de las hospitalizaciones y la mortalidad en pacientes con insuficiencia cardíaca congestiva.
Datos recientes indicaron que la ingesta de sodio entre 3y 6g/día se asocia con un menor riesgo de muerte y eventos cardiovasculares en comparación con un nivel de ingesta más alto o más bajo.
Las estrategias para reducirla ingesta de sodioen la dieta se centran en disminuir el consumo de alimentosprocesados: que son las fuentes principales de sodio en la dieta.
La ingesta media de sodio en las poblaciones occidentales es de aproximadamente 3,5a 4g/día. En cinco décadas los datos indican que la ingesta de sodio y los hábitos no han cambiado en diversas poblaciones y hábitos alimenticios, a pesar de los esfuerzos de reducción de sodio en toda la población y los cambios en el suministro de alimentos.
Los alimentosprocesadosson las principales fuentes no solo de sodio sino de carbohidratosaltamenterefinados: es decir, varios azúcares y los almidones simples que se generan a través de la digestión.
La evidencia de los estudios científicos en la población y los ensayos clínicos implican que los azúcaresparticularmente la fructosamonosacárido, desempeña un papel importante en el desarrollode la hipertensión. Además, la evidencia sugiere que los azúcaresen general, y la fructosaen particular, pueden contribuir al riesgo cardiovasculargeneral a través de una variedad de mecanismos.
La reducciónde los niveles de sodioen los alimentos procesados podría conducir a un mayor consumode almidonesy azúcaresy por lo tanto, a un aumento de la hipertensión y de la enfermedad cardiometabólica en general.
CIENCIAS BÁSICAS: sacarosa, fructosa, hipertensión y riesgo cardiovascular
La sacarosao azúcar de mesa, es un disacárido compuesto por dos monosacáridos: glucosay fructosa. La sacarosa es un ingrediente común en los alimentos procesados industrialmente, pero no tan frecuente como otro edulcorante: el jarabe de maíz alto en fructosa(JMAF). Mientras que la sacarosa es partes iguales de fructosa y glucosa, el JMAF tiene más fructosa (generalmente 55%) que glucosa (el 45%restante), o sea rompe el equilibrio de la molécula y se ha comprobado que hace más daño que la misma sacarosa, y es el edulcorante másutilizado en alimentos procesados, particularmente en bebidas de frutas o jugos y refrescos.
Un estudio demostró que la alimentación a ratas con sacarosaestimulael sistemanerviososimpático(SNS), que conduce a aumentos en el ritmo cardíaco, la secreción de renina, la retención de sodio renal y la resistencia vascular. Todos estos efectos interactúan para elevar la presión sanguínea y de hecho, alimentar a las ratas con sacarosa aumentasu presiónsanguínea. La alimentación con sacarosa también induce otros cambios, como la resistencia a la insulina, como parte de una disfunción metabólica más amplia. Además, el consumo de azúcar o JMAF puede conducir a un aumentode la presiónarteriala través de otros mecanismos, como la hiperleptinemia, un aumento de metilglioxal y una reducción de ATP.
La fructosa directa induce resultados similares a la sacarosa cuando se ingiere, tanto en roedores como en humanos. Aunque el consumoelevadode fructosao sacarosasola puede conducir a la resistenciaa la insulina, es la fructosa la que se ha implicado como el azúcar responsable de reducir la sensibilidad del tejido adiposo a la insulina. La insulina estimula el SNS y la hiperinsulinemia puede provocar hipertensión, con el grado de resistencia a la insulina en los tejidos periféricos directamente correlacionado con la gravedad de la hipertensión. La reducción de la resistencia a la insulina puede conducir a una disminución de la presión arterial y la hiperinsulinemia parece estar más relacionada con la fructosa que con la glucosa.
ESTUDIOS POBLACIONALES: fructosa y otros azúcares y salud cardiometabólica.
La resistenciaa la insulinase observa en aproximadamente el 25%de la poblacióngeneraly hasta el 80%de las personas con hipertensión‘esencial’. En comparación con los no diabéticos, los diabéticos tienen una mayor prevalencia de hipertensión. Esta desproporción es independiente del peso, lo que sugiere que la resistencia a la insulina, no la obesidad per se, aumenta el riesgo de hipertensión. De hecho, aproximadamente el 50%de los pacientes hipertensos tienen hiperinsulinemiaen comparación con solo el 10%de los pacientes normotensos.
Los pacienteshipertensostienen sensibilidad a la insulina disminuida, insulina basal aumentada y una tasa disminuida de eliminación de glucosa después de una prueba de tolerancia a la glucosa intravenosa en comparación con los normotensivos. Se ha encontrado que una dietaaltaen azúcarcausa un deteriorode la toleranciaa la glucosay existen correlaciones positivas entre el azúcar consumida 20 años antes y la diabetes.
Un análisis reciente mostró que un aumento en la disponibilidad de azúcar está asociado directa e independientemente con un aumento en la prevalenciade diabetes.
De hecho, un aumento de 150 kilocalorías/ persona / día en la disponibilidad de azúcar se asoció significativamente con un aumento en la prevalencia de diabetes (1.1%, p <0.001). Este riesgo fue 11veces mayor en comparación con el aumento de 150kilocalorías / persona / día en la disponibilidad total de calorías, lo que respalda la idea de que el azúcar puede ser diferente entre las calorías en su potencial detrimento de la salud metabólica. En comparación con los pacientes que consumen menos del 10%de sus calorías de azúcares añadidos, los que consumen del 10,0al 24,9%de sus calorías de azúcares añadidos tienen un 30%más de riesgo de mortalidad por ECV. Aquellos que consumen 25%o más calorías de azúcares agregados tienen un riesgo casi tres veces mayor.
Los datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (NHANES 2003a 2006) indican una ingesta media de fructosa de 83,1g/día. Respecto a esto, es que una ingesta >74g/día de fructosa se asocia independientemente con 26%, 30%y 77%más de riesgo de presiones sanguíneas > 135/85mm Hg, 140/90y 160/100, respectivamente.
El consumo de bebidas azucaradas se ha asociado directamente con un aumento de la presión arterial en un estudio de casi 2700personas de 10poblaciones de EE. UU./Reino Unido, independientemente del peso corporal y la altura.
En una revisión sistemática de 12estudios (cohorte transversal y prospectiva) que abarca más de 400 000participantes, la ingesta de bebidas azucaradas se asoció significativamente con una presión arterial más alta y una mayor incidencia de hipertensión. Los autores concluyeron que «la ingesta de> 12fL. onz. (360 ml)de bebidas endulzadas con azúcar por día puede aumentar el riesgo de tener hipertensión en al menos un 6%, y puede aumentar la presión arterial sistólica media en un mínimo de 1.8 mm Hgen aproximadamente más de 18meses”. Dichas bebidas pueden contener sustancialmente más fructosa y se ha demostrado que el consumo de bebidas azucaradas (SSB por sus siglas en inglés)aumenta el riesgo no solo de hipertensión, sino de enfermedad coronaria, accidente cerebrovascular y otras enfermedades cardiometabólicas, incluidas la obesidad y la diabetes. En todo el mundo, el consumo de SSB se ha visto implicado en 180 000 muertes/ año.
* Review. Cardiac risk factors and prevention.
Cita: DiNicolantonio JJ, Lucan SC. The wrong white crystals: not salt but sugar as aetiological in hypertension and cardiometabolic disease. Open Heart 2014;1:e000167. doi:10.1136/openhrt-2014000167.